LOSERS

SOBRE EL FANZINE ESPAÑOL LOSERS

o EL SIMPLISMO DE LA POÉTICA DE LO COTIDIANO

Un comentario de un crítico demasiado crítico para ser tomado en serio

No sabía qué esperar de un fanzine denominado `Losers´ cuya gráfica nos pone a conversar con dos dudosos seres de gafas un tanto desalineados (mentalmente, creo yo) en sus versiones femenina (tapa) y masculina (contratapa).

La pluma de su autor, Pánfilo Castaldi, era nueva para mí. Y confieso, me costó entenderlo. Primero pensé que esta dificultad se vinculaba a cuestiones idiomáticas. Sabía que una lectura del otro lado del Atlántico implicaría algunos desafíos. Luego noté que había otros detalles de su escritura que me irritaban casi al punto de la exasperación. ¡Qué desfachatado!, pensé. Otro esnob que viene a presumir con pequeños relatos de títulos absurdos, redundantes y metafísicos. El primero, recuerdo, me hizo largar una carcajada: “Ruidito fosforescente cuádruple de las dos de la mañana”. Madre mía, si esto es el comienzo…

Traté de entender a este tal Pánfilo. Me lo imaginé un señorón retraído, a estas alturas probablemente calvo, luchando mano a mano contra el paso del tiempo, aquél tirano que estaba por arrebatarle esa última oportunidad de convertirse en escritor, ahhh esa vocación frustrada (porque claramente no lo era). Y he aquí la otra cuestión que complejizaba su lectura. El buen hombre parecía ser un aficionado de Wikipedia. En esos garabatos de tinta que osa confundir con escritura arroja un sinfín de datos y detalles sobre la mecánica de las cosas: desde un motor hasta un pájaro de movimiento continuo, pasando por un captcha de computadora o un sacacorchos. Agotador.

Fue ahí cuando lo noté… Pánfilo es antes que nada un observador. Su descripción minuciosa no se reduce a objetos inanimados. Pánfilo nos estudia (a nosotros, a la humanidad, claro está) a nuestro funcionamiento que se plasma en sus escritos en forma de díadas: soledad o vínculos, libertad o rutina, niñez o madurez, creatividad vs chatura. En otras palabras, un tipo al que le gusta recorrer los márgenes para saltar una y otra vez de un lado al otro y mostrarnos cuán fácil es atravesar la frontera de la cordura cotidiana y dejarnos arrastrar por relatos que no hacen más que darle una mirada surrealista a lo más real del mundo: nuestra existencia.

Ahora que lo pienso, lo que verdaderamente me jodió de este tal Pánfilo Castaldi es que leer su panfletito es como poner un espejo en frente de mi cara, que me recuerda una y otra vez que yo

también soy loser.